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EN BUSCA DE LOS DERECHOS PERDIDOS

Parece que desde distintos sectores, que conocieron el extinto régimen, se añoran aquellos tiempos que parecen mejores. La democracia actual, para algunos, es simplemente tolerar a partidos y sindicatos de izquierda; pero no están dispuestos a tolerar ni un ápice más a nada diferente a lo suyo, a su concepto de España y de los españoles, donde no cabe la pluralidad, sino su ideal integrista, ya sea españolista o catalanista. Sin embargo los mismos nacionalistas vascos diferencian mejor y concretan el fomento a su cultura independientemente del hecho religioso; se puede ser vasco cristiano, musulmán, judío, agnóstico, ateo... lo importante es su lengua y su cultura marcando su identidad.

Este integrismo españolista que integra lo nacional-católico heredero del viejo integrismo carlista crece en vez de crecer en España la tolerancia, el respeto mutuo y la hermandad en la diversidad.

Algunos escritores y periodistas difaman al Islam provocando islamofobia, con lo que violan la ley, algunos miembros del Ejecutivo incumplen la ley que asegura derechos igualitarios, y así la discriminación y los prejuicios aumentan.

Retomar el camino perdido del diálogo social intercultural y apreciar la riqueza de la diversidad en vez de condenar al diferente y excluirlo, lo que impera ahora, va a ser más difícil sobre todo si desde el Ministerio de Educación español se envían mensajes por un lado de multiculturalidad para los niños y jóvenes, y de otro lado no se permiten las clases de religión a los musulmanes. La apariencia, con gastos en campañas y eventos para los niños por la tolerancia, es mucha cuando el fondo es justamente la actitud contraria.

¿Qué saben ellos de nosotros los muslimes para odiarnos así? Por un violador de niños católico no se le echan las culpas al Papa ni a la cristiandad entera, ni por un dictador, ni por un terrorista. Los descarriados son eso, extraviados que no son significativos en absoluto de la comunidad religiosa (cristiana o musulmana) de la que han salido.

Hasta Franco trataba por igual a cristianos y musulmanes, con Tribunales de la Rota y Cheránicos (en su jurisdicción canónica), clases de latín y de árabe (la misa era en latín y la zalá es en árabe), clases de religión cristiana-católica y musulmana-zunita (en la escuela), mantenimiento de las iglesias y de las mezquitas (financiadas)... tan solo existía la restricción de no permitir nuevas mezquitas, pero todo lo existente se mantenía, financiaba y cuidaba.

Ahora se da permiso para construir nuevas mezquitas en nuevos lugares pero no se puede ejercer ese derecho por causa de discriminación popular provocada, con lo que la situación de facto es parecida o peor que antes con un Ejecutivo que no cumple la letra de la ley... ¡peor que con el Generalísimo! Aunque haya una Constitución y unas leyes que otorgan derechos igualitarios, todavía hay gente que solo puede tolerar a los musulmanes en Ceuta y en Melilla pero no en el resto de España y nunca en igualdad.

Si creemos en la igualdad de derechos y en la libertad de expresión y de credo, en mutuo respeto, evitemos las generalizaciones, expresémonos con corrección, demandemos responsabilidad a los informadores, para seguir siendo hermanos, mientras unos añoran el franquismo y otros añoramos los derechos perdidos y en retroceso continuo. §

1/10/02

 

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