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DEL "NO HAY MUSULMÁN BUENO chis... ni judío"

Existe un sustrato teórico que se ha desgranado durante años, décadas, explicando que no es posible en absoluto que un musulmán sea bueno ni que haya un judío bueno; desde los colegios del nacional catolicismo se explicaba con argumentos teológicos cómo solamente se puede tener Virtud, Gracia de Dios y ayuda del Espíritu Santo si se ha cumplimentado el sacramento del bautismo (por el rito católico, por supuesto).

Esos antiguos alumnos, que hoy en día son la mayoría de la opinión pública, han olvidado la teoría profunda pero les queda la actitud que han visto desde siempre, por tanto aceptada, y la transmiten a sus hijos y entorno. Los que trabajan en los medios de comunicación siguen transmitiéndola y continúa en la actualidad la idea de que "no hay musulmán bueno"; solo queda para los corrillos privados la idea de que "no hay judío bueno" porque no se atreven a decirlo expresamente en público tras el holocausto y por estar penado fomentar el antisemitismo.

Esta actitud enraizada unida al prejuicio, por desconocimiento del credo islámico, lleva a todos, informadores y público en general, a utilizar siempre un doble rasero: uno para los cristianos y otro para el resto. Así se alaba el quehacer de una fundación de caridad cristiana, pero como no pueden ser buenos los musulmanes, se ve con sospecha de algo oculto y pérfido el quehacer de una fundación de caridad islámica. Si se escribe de ella en prensa se dirá que está vinculada a alguna tendencia ultraderechista o colaboradora de bandas armadas (por supuesto sin prueba alguna de ello), no se hará un extenso y pormenorizado estudio de sus grandes buenas obras hacia los necesitados, los pobres, hambrientos, infraestructuras sanitarias en poblados aislados de ayudas... el trabajo de voluntarios musulmanes desinteresados y de buen corazón... y lo que nunca se dirá ni en prensa ni en informativos ni libros es de la existencia de beatos muslimes que en obras y devoción podrían competir y superar a los beatificados por el Vaticano. Si se llaman Mohámed no pueden ser buenos; algo malo tendrán, serán terroristas, fachas, depravados...

Algo se revuelve en el interior de estas personas si quedase manifiesto que los musulmanes pueden ser tan piadosos y virtuosos como los cristianos. Visceralmente no pueden admitirlo. Se negarán a aceptarlo y necesitan continuamente autoafirmarse como los mejores y dignos de salvación eterna (aunque estén bebidos en el bar lanzando improperios malsonantes). Y si saben de algún cristiano que en su evolución espiritual haya aceptado el Islam como mejor vía de acercamiento a Dios, el rechazo aumenta a cotas extremas de desprecio a esos "traidores". Es insoportable para ellos la existencia de los revertidos al Islam y que encima su conducta sea ostensiblemente mejor que la de ellos.

Y esta actitud no solo se percibe en personas que se autodenominan como cristianos católicos, sino también en párrocos, cosa que choca más tras el Concilio Vaticano II (1965) que literalmente declara que "la Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes" y llama al abrazo con judíos y musulmanes como hermanos en la fe de Abraham.

Mas siempre hay los que ese abrazo lo hagan con paternalismo y condescendencia hacia esos "desdichados que no gozan de los beneficios espirituales del bautismo católico". Tan solo considerarán, aunque a la distancia, a los bautizados como cristianos de otras iglesias no católicas romanas y con el oculto deseo de asimilarlas.

Esta permanente campaña tácita, implica que solo se pueden exhibir a la opinión pública como perfecto ejemplo de musulmán a un descarriado del Islam (sin decir que es tal y que incumple su religión), sino que se le pone como exponente típico de todos los musulmanes del mundo. Para ello son muy útiles los malos ejemplos de otros países dado que hay muchas injusticias en el mundo. Así se pone como muestra significativa al terrorista, al asesino, al ladrón, contrabandista, violador... cosa que sería impensable hacer con la comunidad cristiana: está claro para todos que un descarriado no es un buen cristiano; y debería también ser evidente que un descarriado no es un buen muslim y que no representa a los musulmanes, mas no interesa.

Existen organizaciones de misiones y caridad y beneficencia islámicas desarrollando su labor por todo el mundo construyendo hospitales, residencias infantiles, escuelas, infraestructuras de agua y electricidad, comida y ropa para indigentes, y un largo etcétera de buenas obras. También destacan nombres propios de personas musulmanas que han dedicado su vida casi por completo al servicio a Dios y a los demás, pero en los medios solo sabrás de Teresa de Calcuta, de los últimos procesos de beatificación por la Iglesia de Roma y las obras de Cáritas. Solo sabrás por los informativos y reportajes cuán malos son los muslimes ya que solo muestran a los errados y a los que hacen declaraciones escandalosas... "¿ves, ves como son?" - se dirá - "así son todos los musulmanes, no hay ninguno bueno".

Aunque se informe desde los colegios de cuál es la verdadera fe islámica, - con las menciones del Corán (palabra de Dios) sobre Virtud, Gloria de Dios y Espíritu Santo -, seguirán sin admitir que un musulmán pueda ser mejor que un cristiano católico y aprovecharán cualquier excusa o exceso de alguno para ponerlo como ejemplo y catarsis de su autoafirmación. Estamos muy lejos de la igualdad y tolerancia respetuosa en materia de pluralidad religiosa en este presunto país aconfesional que es el nuestro. §

24/04/03

 

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